22 agosto 2007

Otra visión de Caracas

No todo fue superbloques y "barrios" en nuestra visita a Caracas. También tuvimos el placer de conocer al arquitecto Carlos Gómez de Llerena, que nos llevó en un "tour" de una de sus obras, el Centro Comercial San Ignacio en los Chaguarámos, seguramente el CC (centro comercial) más elegante y acogedor de la ciudad. Las fotos en la web apenas dan una idea de la estructura, y no dicen nada sobre lo que para mí fue lo más genial: la integración de esta obra en el tejido urbano y el entorno natural de Caracas. A diferencia de los otros grandes CC, casi todos sellados en una caja de hormigón para separarlos completamente de la ciudad -- y hacer necesario un costosísimo sistema de aire acondicionado -- el San Ignacio está completamente abierto, y desde su calle interna (para entrar al aparcamiento, como la continuación de la calle pública) y las galerías de las plantas superiores, siempre se puede apreciar la bella cordillera entre el valle de Caracas y la costa. Y no hace falta aire acondicionado. El lugar es popularísimo, especialmente con la juventud que frecuenta sus discotecas, tiendas y restaurantes, o simplemente se reunen en sus espacios abiertos como en cualquier parque.

Carlos Gómez también nos llevó a conocer una urbanización que es lo más opuesto al "barrio"-tugurio, el Country Club en la falda de la cordillera. La diseñó Olmstead (hijo del Olmstead que hizo Central Park de Manhattan) en 1907, en lo que hasta entonces era una plantación de café. Olmstead tomó cuidado de conservar los árboles y otros hitos topográficos, integrando la urbanización en su entorno natural -- lo mismo que hace Gómez de Llerena en su arquitectura de hoy. No hace mucho, algunos de los dueños buscaban ampliar las calles y hacer otros cambios para (pensaban) aumentar el valor de sus propiedades, pero no pudieron porque es patrimonio nacional y los planos originales fueron documentados por Hannia, la mujer de Carlos Gómez. Y luego, esa misma condición de patrimonio nacional junto con un análisis del valor medio ambiental frustraron la propuesta del alcalde mayor de expropiar las parecelas para construir viviendas públicas ("sobre estos terrenos pasa una cuenca perteneciente al sistema fluvial que baja del Ávila" que no resistiría la densidad habitacional propuesta argumentaron, exitosamente, los defensores de la zona). Así que al final fueron los límites impuestos por Olmstead (y la documentación de ellos) que les salvaron el campo de golf y las lujosas casas a los miembros y propietarios. Vea Suspendido decreto de expropiación del Caracas Country Club, marzo 2007.

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Geoffrey Fox's short story collection Welcome to My Contri (1988, enlarged e-book 2010) was described by The New York Times Book Review as a "short and impressive work" in which "Mr. Fox [...] has created a memorable set of players who, while not natural antagonists (they often share the same dreams and goals), are still somehow bent on confrontation. Watching their sometimes vicious, often darkly humorous interactions leaves us thoroughly wrung out and aware that we are in the presence of a formidable new writer". Novels: A Gift for the Sultan (2010), Rabble! (2022) His articles, op-eds and book reviews have appeared in The Nation, The New York Times, the Village Voice and other publications. Since 2008, Fox has been living with his partner, architect Susana Torre, on the edge of the Mediterranean in the village of Carboneras in Andalusia, Spain, where his short stories (in Spanish) under the pen name "Baltasar Lotroyo" ("el otro yo" = alter ego in Spanish) have appeared in anthologies and online publications.